Echar sal en heridas
es revivir el dolor.
En mi mar de heridas
hay tanta sal que floto.
Hola a quienes me leen,
Quiero comentarles vamos ya para el noveno mes de la cuarentena. Ojalá pronto nazca algo de todo esto.
Habrán notado dejé de publicar repentinamente. Encontré el último curso que emprendí fuera de foco: Quiería aprender herramientas para manejar emociones, no andar propagando mis emociones. Además, noté que dicho curso era similar al anterior: Infinidad de tareas, mucha información (en este caso muy personal y sensible para mi) y no establecí un compromiso. Así que me retiré.
Además, noto en múltiples frentes el rechazo: Me enfrasco fácilmente en diatribas con gente que no me aprecia, luego me agoto, y ellos tan felices... En particular, no solo me saturó el curso "emocional" sino las emociones diarias, incluyendo la pesudo-reactivación laboral universitaria, donde interactúo con otros dinosaurios, pero ellos provistos de cajas fuertes con espejos: Cerrados, que nada les entra y rebotan su exterior. Lo peor es que, dentro, no atesoran nada de valor...
En lo personal las cosas no andan nada bien. Este dinosaurio sigue navegando por las aguas de Internet, que es lo único que lo medio distrae de la maldad, soledad e incomprensión del mundo.
Hasta pronto,
Un dinosaurio cansado.
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